Carlos Castro Saavedra

Un deseo constante de alegría; una urgencia perenne de lamento y el corazón,...

Tengo las manos muy tristes y no sé qué hacer con ellas, porque anoche me co...

Era un buque en el mar, era el amor en medio de las olas inmensas, y era mi so...

En el espejo de tu cuerpo, esposa, recogiste mi rostro, tan fielmente, que la ...

No te digo paloma, ni princesa , ni reina, sino mujer de tierra, hembra de tier...

Inés digo y mi boca se convierte en azúcar de manzana partida por la luz del ...

Yo amé desde un principio tu sencillez de dalia, tu pudor de semilla que se vi...

Yo no digo tu nombre. Yo digo mi locura. Mírame cómo tengo los labios: como r...

Unas trenzas oscuras y una flor. Y una boca que ignora su pasado. Y un corazó...

Acércate a mi pecho más caudalosamente, húndete en mi camisa, atraviesa mi ...

Tú eres la que yo quise destruir con mis besos, pero la que resistes mi furia ...

Su cuerpo es una aldea donde yo me refugio cuando truena en el cielo, y tiembl...

Te quiero así, mujer: sencillamente, como quiere el pastor a sus ovejas, el c...

Va cayendo la noche en los trigales, mis besos van cayendo en tus racimos, y n...

Es más dulce el amor sobre la hierba, niña. Sobre las esmeraldas que alfom...

Estoy cansado, amada, y estoy triste. Vengo desde las tierras arrasadas y solas...

De verde te amo más, con el vestido que se parece al campo cuando llueve, y...

Yo descubrí tu boca, yo te puse en la boca mis uvas torrenciales, y con los p...

Amistad es lo mismo que una mano que en otra mano apoya su fatiga y siente que...

No me dejes partir, no me abandones, átame a tu cintura con tus brazos, y al�...

Yo me lleno de angustia mirándote la frente porque estás más lejana cuando e...

Para la vida de mis hijos bella medida es tu cintura, y bello el ritmo de tu p...

Por mi culpa , mujer, por mis inviernos, muchas veces tu cara se humedece de l�...

Siento correr los ríos por mis venas y crecer las estrellas en mi frente. Sie...

Te pienso desde Europa, esposa mía, te pienso a grandes pasos, como loco, y p...

Como un nocturno vino tu mirada, amotina mi sangre enardecida y la noche en mi...